Caldas, Quindío y Risaralda, en ese orden, son tres departamentos (estados) de Colombia que basaron su actividad económica en la producción del café. Desde hace poco tiempo se les denomina “Triángulo del Café”, por ser entidades que están cercanas e interconectadas en los rubros de exportación del grano y por el fomento de actividades turísticas

“Antes de que por motivos de mercado mermaran la producción y exportación de café colombiano hacia el extranjero, los empresarios que por años trabajaron la tierra, se reinventaron e idearon actividades que pudiesen hacerle frente a la baja en los ingresos. Las tradicionales haciendas productoras del grano se convirtieron en posadas y hoteles para atraer a turistas ávidos de conocer la cultura cafetera”.

Así lo declaró a Negocios y Destinos Humberto Rodríguez, asesor de turismo de Pro Colombia, el brazo comercial del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia.
Dijo que esta estrategia de mercadeo se inició con los viajeros colombianos, quienes no sólo fueron a las haciendas, sino que recorrieron diversos parques temáticos que se han construido en los últimos años en la región.

El abanico de posibilidades de alojamiento va desde los muy exclusivos hoteles boutiques, alojamientos modestos para grupos estudiantiles, posadas y otras instalaciones de gran capacidad de ocupación.

“Empresas internacionales trajeron sus capitales a Colombia y poco a poco estructuraron una atractiva oferta al visitante que combina el turismo rural con actividades didácticas que se desarrollan en los parques”, dijo Rodríguez.
Es así como el turista puede dormir en un hotel en Pereira (Risaralda, ir a las haciendas cafeteras de Quindío (Armenia) y hacer vida nocturna o visitar las aguas termales de Manizales (Caldas). “Todo está relativamente cerca para que la gente haga su ruta. Hay presupuesto y ofertas para todos”.

Un paseo por el triángulo

En el parque del Recorrido de la Cultura Cafetera, en el Quindío, tuvimos la oportunidad de asistir a una cata y de participar en la llamada “recogida” del grano, junto a agricultores de la zona.

Son jóvenes guías quienes recomiendan colar apenas tres gramos de café por cada taza, ni una más. Así podrá usted degustar la delicia del grano. No es recomendable recalentar la bebida ni en cocina ni en microondas, pues pierde su esencia aromática y su calidad como producto.

Esta recomendación de un sibarita cafetero es aderezada con el testeo (prueba) de otros productos tradicionales de la zona: plátano (banano) verde, carne de res y trucha. Al igual que en la zona andina sudamericana, este pescado se ofrece en todas las variedades, aderezado con pastel de plátano y acompañada con agua de panela.

El colorido de las casas del Triángulo del Café es otro de sus atractivos. El campesino cafetero ha hecho suyo al famoso jeep de marca Willis como medio de transporte y de vida. Hay quien conserva unidades del año 1953 y todavía hacen desde movilización de trabajadores hasta mudanzas enteras. En el rústico, anduvimos por carreteras que conducen a destinos tan sorprendentes como el Parque Nacional de los Nevados, los Termales de Santa Rosa de Cabal, la Hacienda San José, el Valle de Cocora, así como paseos panorámicos.

En el Valle del Cocora el turista puede montar a caballo y recorrer extensas tierras en donde abundan riachuelos y muchas fincas. El ciudadano cafetero es amable y le gusta la visita de los turistas, “porque son culturas distintas que nos pueden enriquecer con lo que cuentan y traen de sus países”, dice un guía de turismo que con paciencia y pericia dirige cabalgatas. Este servicio se brinda desde los hoteles, en especial los llamados Boutiques o los restaurantes que circundan a los pueblos cafeteros. También se pueden contratar varios caballos y yeguas a los campesinos que se colocan en el borde de las carreteras para saludar a los viajeros. Por sólo 20 dólares se puede hacer un paseo de 45 minutos por el valle. Y si el jinete desea una aventura extrema, el viaje puede durar mucho más si se une a grupos que recorren caminos más intrincados.

Para el anfitrión esta experiencia, Humberto Rodríguez, el tema de la seguridad es muy importante para el turista que viene desde Estados Unidos. “Podemos mostrar con orgullo cifras que certifican la seguridad que se vive en las carreteras de Colombia, luego de que la política de seguridad Democrática ideada por el ex presidente Álvaro Uribe y reforzara por su sucesor, el presidente Juan Manuel Santos, haya devuelto la paz a nuestro país”.

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¿Cómo llegar? El punto de encuentro al Triángulo del Café es Bogotá. Desde allí, hay conexiones cada hora y media para cualquiera de las ciudades estos destinos.[/blockquote]