Por: Enestina Herrera (*)

Esta nueva etapa de desconfinamiento durará tres semanas y si la situación sanitaria mejora, se podría aumentar los aforos en locales y terminar con el toque de queda.

Los franceses recuperaron pequeños placeres que habían olvidado con la pandemia, como tomar algo en el interior de un café o hacer deporte en un gimnasio, gracias a la flexibilización de las restricciones contra el Covid-19.

Tres semanas después de la reapertura de las terrazas de los cafés, los cines y los museos, la segunda etapa de desescalada empezó el miércoles con un toque de queda que pasa de 9 a 11 de la noche.

Ciudadanos regresan a sus actividades cotidianas en el sur de Francia| Foto: Ernestina Herrera

Además los cafés y restaurantes podrán volver a recibir a gente en el interior, con un aforo máximo del 50% de la capacidad, lo que permitirá reabrir un buen número de pequeños establecimientos que no tiene terrazas o de tamaño insuficiente para ser rentables.

Los deportistas pueden por su parte volver a entrar en gimnasios o piscinas.

“Es la primera vez que vengo desde hace casi un año, he seguido las reglas, ¡por eso tengo tanta hambre!”, dice Maxence en una de las salas de escalada más nuevas de París, Arkose Nation, que abrió a las siete en punto de la mañana.

“Una nueva vida”

Tras siete meses de privación, Stéphanie Moscoso, una estudiante brasileña del Instituto de Ciencias Políticas de París, acudió a un gimnasio del segundo distrito de París, donde tiene un abono.

“Estaba muy motivada. Me desperté esta mañana, era muy temprano, vi el sol y me dije: ¡este es el comienzo de una nueva vida!”, explicó a la AFP.

Francia también recupera la tradición del café matutino. “Es agradable tomar un café dentro. La vida normal se reanuda poco a poco”, dice Hammou Mraoui, un trabajador del sector del transporte en un bar de la estación de tren de Meudon, en los suburbios de París.

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“Es raro oír a la gente decir ‘Un café para tomar aquí, por favor’, pero es un gran alivio”, dice Christophe Guedes, el propietario.

Cerca de allí, se oyen risas en el Café Miromar, donde Bernard Krolikiewicz se toma un café largo. “Lo que echaba de menos era sobre todo la charla”, dice.

En los trenes, los vagones-bar que estaban cerrados desde el 2 de noviembre pueden volver a acoger a los pasajeros, como en el TGV París-Nantes que salió de la estación de París Montparnasse a las 6.23 horas.

“Estoy contento de tomar un café”, dijo Pierre, el primer cliente que llegó dos minutos después de la salida.

Matthieu Marie, un joven ejecutivo de camino a la región de Vendée, en la costa atlántica, compró algo de comer. “Sienta bien, no he tenido tiempo de desayunar antes de salir tan temprano”, dice.

Esta nueva etapa de desconfinamiento durará tres semanas y habrá que esperar hasta el 30 de junio para que terminen el toque de queda, el límite de aforo en bares, restaurantes y espacios culturales y las limitaciones en las reuniones al aire libre.

Pero solo si la situación sanitaria sigue mejorando, advirtió el martes el presidente francés, Emmanuel Macron, que pidió a los franceses que sigan siendo “prudentes” y se vacunen masivamente.

Corresponsal de Negocios y Destinos en Francia (*)