El durazno, lleno de nutrientes y vitaminas, es la fruta perfecta para integrarla a la alimentación diaria, no solo por los múltiples beneficios que aporta a la salud, sino también porque ayuda a reducir el riesgo de varias enfermedades, desde las más comunes hasta las más graves.
Con una piel suave y un sabor dulce y delicado, su nombre científico es “Prunus persica”. Originario de la antigua civilización china, el durazno es una fuente rica en 10 tipos distintos de vitaminas, entre las que destacan la vitamina A, esencial para una buena visión, y la vitamina C, un potente antioxidante.
En menor cantidad, contiene las vitaminas E y K; la primera, al igual que la C, actúa como un magnífico antioxidante, mientras que la segunda juega un papel fundamental en la coagulación adecuada.
Los expertos en nutrición aseguran que un durazno grande aporta 333 miligramos de potasio, un mineral vital para mantener la presión arterial bajo control y prevenir la formación de cálculos renales.
Además, esta sabrosa fruta también ofrece minerales como magnesio, fósforo, zinc, manganeso, hierro, calcio, sodio, luteína, tiamina, bioflavonoides, niacina o selenio, antioxidantes que ayudan a estimular el sistema inmunológico, contribuyen a fortalecer el sistema óseo y mejoran el funcionamiento del cerebro.
Así mismo, contiene un bajo contenido calórico y aporta principalmente fibra y agua al organismo. Es abundante en betacaroteno, un pigmento que intensifica el bronceado, protege la piel y aumenta el nivel de hidratación de la dermis.
Entre los beneficios medicinales que se le atribuyen al durazno destacan: disminución de los niveles de colesterol malo, control del azúcar en la sangre, prevención de ciertos tipos de cáncer y riesgo de desarrollo de enfermedades crónicas, cardiovasculares y degenerativas, así como el deterioro del sistema óseo (osteoporosis), entre otros.
Sin lugar a dudas, se presenta como el compañero ideal para el bienestar, que puede ser consumido fresco, incluso con su cáscara para maximizar la absorción de sus nutrientes, o en forma de jugo.
En este contexto, el Grupo San Simón (GSS) ha introducido en su portafolio comercial, una nueva línea de bebidas pasteurizadas, de manera aséptica, en cuatro sabores, entre los que destaca el jugo de durazno, con la intención de ofrecer al consumidor los beneficios saludables de esta fruta.
Como parte de esta línea de jugos, también está disponible en sabores de manzana, pera y, por supuesto, naranjada. Se presentan en envases Tetra Pak de 1 litro, con tapa de fácil apertura y son elaborados en la planta de El Guayabo, situada en el Sur del Lago (Zulia).
Todas estas bebidas están profundamente arraigadas en el know-how de la corporación, ya que la empresa ha producido néctares para reconocidas marcas internacionales del sector, tanto en Latinoamérica como en otros países, por lo que no es una categoría nueva para el grupo.
El GSS, con una trayectoria de más de 80 años en el país, garantiza que durante la producción, se mantenga la seguridad del producto; al mismo tiempo que asegura la frescura, el sabor genuino y la calidad del néctar de durazno, que es pasteurizado y rico en vitamina A, lo que lo convierte en una excelente opción nutritiva, refrescante, práctica y económica que ofrece numerosos beneficios para la salud de los venezolanos.
@somossansimon
Nota de prensa