El 4 de agosto de 1923, hace hoy exactamente 100 años, nace en La Pastora, Valencia, uno de los maestros más importantes del modernismo latinoamericano, Oswaldo Vigas. En conmemoración de su centenario, el pasado septiembre se presentó el catálogo razonado completo de su obra en la ciudad de Nueva York, marcando el inicio de una serie de celebraciones en honor a su legado. Entre los eventos más destacados se encuentra la exposición preparada por el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México (MAM), bajo la curaduría de Carlos Palacios, quien explora la relación de la obra de Vigas con otros importantes maestros continentales, como lo son Wifredo Lam, Rufino Tamayo, Roberto Matta, Joaquín Torres-García y Francisco Toledo.

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Asimismo, durante el mes de diciembre, la reconocida Galería Kwai Fung Hin de Hong Kong a través de una exposición individual del artista comienza un ambicioso plan de representación en todo el territorio asiático, con exhibiciones en museos e instituciones a lo largo de la región.  Además, la Fundación Oswaldo Vigas, bajo la dirección de Lorenzo Vigas y Dilia Hernández, trabajan en colaboración con importantes editoriales para la publicación de dos destacados libros sobre la obra del artista. Estos libros contarán con textos elaborados por reconocidos críticos internacionales, enriqueciendo aún más el legado artístico de Vigas y contribuyendo a su reconocimiento a nivel global. En palabras de Lorenzo Vigas, hijo y presidente de la Fundacion “A pesar de que mi padre no estuvo interesado en la promoción de su obra nunca dudó sobre la trascendencia de su legado”

Sin duda, en el centenario de su natalicio, la obra de Oswaldo Vigas está alcanzando una vigorosa proyección internacional que hoy trasciende las fronteras y cautiva nuevas audiencias. En palabras de Axel Stein, quien fuera hasta la fecha reciente director del departamento de arte Latinoamericano de Sotheby’s, “Podemos decir que gracias al trabajo colosal de la Fundación Oswaldo Vigas, el artista está regresando con la cabeza muy en alto de una ausencia injustificada, de un exilio al que fuera relegado por haber tomado Vigas y otros artistas figurativos, una ruta de corte humanista y espiritual en momentos en que las corrientes cinéticas y la abstracción en general se convertían en el arte oficial venezolano. Vigas siempre reclamó para sí un sentido de pertenencia a una historia, a una geografía que demandan de los creadores nuevas interpretaciones y descubrimientos.”

Asimismo, Lorenzo Vigas afirma que: “la obra de mi padre buscó a través de su pintura el origen de la creación, allí donde animales, minerales y vegetales coexistían en armonía. Ese momento que todos llevamos por dentro y que nos une independientemente de nuestro credo u origen. “

La obra de Vigas forma parte de numerosas instituciones, incluyendo el Museo de Bellas Artes, Houston; el Museo de Arte Moderno de San Francisco; el Museo de Arte de la Universidad Estatal de Michigan; el Museo de Arte de las Américas, OEA, en Washington, D.C.; la Colección Avon, en Nueva York; en Francia – Musée Jean Lurçat et de la Tapisserie Contemporaine en Angers; Musée Des Beaux Arts D’Angers; y Musée Des Beaux Arts en Reims; en Colombia – Museo de Arte Moderno; y Museo de Arte Contemporáneo El Minuto de Dios; en Perú – Museo de Arte Contemporáneo in Lima; en Chile – Museo Nacional de Bellas Artes; en Uruguay – Museo Ralli en Punta del Este; y en numerosas importantes colecciones privadas en todo el mundo.

En el año de su centenario, Oswaldo Vigas sigue siendo una figura relevante y vigente del arte latinoamericano, cuya obra continúa sorprendiendo y cautivando al mundo

Con información de nota de prensa