Las largas colas en los aeropuertos de Estados Unidos continuarán probablemente durante todo el verano como resultado la intensificación de medidas de seguridad y los cambios realizados para reducir el riesgo de ataques terroristas, sumado al crecimiento del tráfico de pasajeros; según ha explicado al Congreso estadounidense el jefe de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), Peter Neffenger.

Ha asegurado que, incluso, con ayuda de personal adicional, los americanos tendrán apenas “un escaso alivio a su larga espera para pasar los controles de seguridad”, más aun teniendo en cuenta que este año se prevé el tránsito de 97 millones más de pasajeros que hace tres años.

El jefe de la TSA compareció ante el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes (cámara baja del Congreso de los Estados Unidos) para intentar explicar por qué son tan largas las colas de seguridad en los aeropuertos, citando como algunas de las causas los cambios realizados para reducir el riesgo de ataques terroristas, que incluyen de las grabaciones de vuelos, cacheos más meticulosos, escaneo al mismo tiempo que puestos de control con poco personal.

The Washington Post ha identificado las cuatro causas principales de esta situación, según explican en el siguiente vídeo.

Se prevé que este verano volarán en rutas domésticas 231 millones de pasajeros, un 4% más que en la temporada estival de 2015. Una gran mayoría viaja solo con equipaje de mano para ahorrarse los fee de equipaje que cobran las aerolíneas, lo que aumenta el número de revisiones y escaneo de equipaje.

Según recoge The Washington Post, Neffenger, apuntó que se prevé que este año pasen por los controles de seguridad de la TSA 97 millones de pasajeros más que hace tres años, por lo que “agregar varios cientos de nuevos escáneres, pagar horas extras y dar a trabajadores a tiempo parcial de la TSA puestos de trabajo a jornada completa, no será suficiente para hacer que las largas colas se evaporen”, dijo Neffenger.

Admitió que estaba claro que el congestionamiento en los principales aeropuertos del país continuaría en temporada de verano, si bien consideró que “a corto plazo, trabajando juntos la TSA, aerolíneas, aeropuertos, el Congreso y los viajeros, se podría mejorar algo la experiencia de los pasajeros”.

El presidente del Comité Michael McCaul (republicano por Texas) abrió la audiencia del miércoles enumerando una lista de recientes polémicas en torno a la TSA: colas de seguridad de tres horas de duración, decenas de pasajeros con vuelos perdidos en varios aeropuertos, pasajeros varados durante la noche en Chicago y 3.000 piezas de equipaje por revisar debido a una avería en Phoenix deteniendo varios vuelos, tal y como avanzó de lo que informó Hosteltour, lo que derivó en un aumento del 80% de los tiempos de espera en el Aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York.

«El pueblo estadounidense está harto de esto», respondió McCaul, presidente de la Comisión. La TSA «ha tenido problemas para mantenerse al día frente a la alta demanda y ha sido incapaz de poner a las personas adecuadas en el lugar correcto en el momento requerido”.

Neffenger admitió que el problema del gran volumen de tráfico y la falta de personal se vio agravado por una de sus decisiones: puso fin a una práctica que permitía a pasajeros seleccionados al azar pasar a través de una fila especial reservada a los viajeros catalogados como de bajo riesgo, de acuerdo con el chequeo previo de sus antecedentes. «Yo sabía que eso aumentaría drásticamente el número de personas de vuelta a las líneas estándar y que no contábamos con el personal del nivel que necesitábamos para encargarse de todas las filas”, puntualizó el jefe de la TSA.

Equilibrio entre servicio y seguridad

El Subcomité de Seguridad de Transporte ha señalado que el sector de la aviación sigue siendo el primero de los objetivos de los grupos terroristas como ISIS y considera que la hipótesis de que el siniestro ocurrido al vuelo 804 de Egyptair corresponda a un acto terrorista es un “recordatorio aleccionador” de la importante misión de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA). Sin embargo, destacan que “hay que encontrar el equilibrio entre un buen servicio al pasajero y un control de seguridad estricto, no tiene por qué excluirse mutuamente”.

Con aproximadamente 230 millones de pasajeros que se espera que este verano pasen por los controles de seguridad, los diversos actores del sector de la aviación siguen preocupados por el déficit de personal que afronta la TSA, alargándose las colas y los tiempos de espera, generando a su vez retrasos o pérdidas de vuelos.

Con información de Hosteltour